miércoles, 21 de enero de 2015

COMPRENSIÓN, COMPASIÓN Y PERDÓN - Thich Nhat Hanh


El perdón es fruto de la comprensión. Podremos tener muy buena voluntad para perdonar y sin embargo no podemos perdonar porque la amargura está todo el tiempo allí, el sufrimiento está siempre allí. Incluso sabiendo que el perdón será apreciado, no podemos perdonar, aunque tengamos muy buena voluntad.
Para mí, el perdón es el resultado de la mirada profunda,
de la comprensión.
Entre los años setenta y ochenta, recibíamos en nuestra
oficina de París, muy malas noticias de Vietnam y de los campos de refugiados.
Un día, me enteré de la historia de una pequeña, una “Boat people” de once años. Ella fue violada por un pirata en el mar, y cuando su padre trató de interponerse, ellos lo lanzaron al océano. Después de haber sido violada por el pirata, la niña se lanzó al agua y se ahogó.
Este era el tipo de noticias que nos llegaban con frecuencia.
Yo me enfadé mucho . Como seres humanos, tenemos el derecho de estar enfadados, pero como practicantes, no tenemos el derecho de no practicar.
No pude comer, era demasiado para mí.
Fui al bosque cercano a practicar la meditación caminando.
Y para calmarme, intenté estar en contacto con los árboles,
los pájaros y el cielo azul.
Me senté a meditar. La meditación fue larga.
Durante la meditación, me vi como un niño, un bebé,
nacido en la zona costera de Tailandia.
Mi padre, un pobre pescador, mi madre, una mujer sin instrucción alguna,
y desde varias generaciones la pobreza habita en nuestra casa.
Yo crezco en ese medio. Cuando cumplo catorce años voy al mar con mi padre para ganarme la vida. Un trabajo muy duro. Cuando mi padre muere, tomo su lugar. Hay otro pescador que me dice que hay muchos “Boat people” que huyen de Vietnam cargados de riquezas y joyas. Y si nos podemos aprovechar, tan sólo una vez, robando un poco de oro, saldremos de nuestra eterna pobreza.
Como soy un pobre pescador sin instrucción, me dejo tentar y le acompaño a robar a la gente de las barcos.
Cuando veo a un pirata que tiene una relación sexual con una mujer,
me siento tentado a imitarlo. Miro a mi alrededor, no veo policía alguno,
ninguna amenaza, y me digo a mí mismo:
“Pruébalo sólo una vez” y me convierto en un pirata violando a una niña.
Ahora, supongamos que tú estás en el barco y tienes un fusil.
Me disparas y me matas. Con eso no me ayudas. Porque en mi vida,
jamás nadie me ha ayudado. Nadie ayudó a mi padre ni a mi madre.
He crecido como un muchacho sin instrucción. Toda mi vida he jugado con chicos delincuentes. He crecido así, como un pobre pescador. Ningún político me ha ayudado jamás. Ningún educador me ha ayudado jamás. Nadie me ha ayudado jamás y es por eso que me he convertido en un pirata.
Y si me disparas, muero y ya está.
Esa noche, durante la meditación, me vi a mí mismo como un pirata,
un joven pescador convertido en pirata.
Constaté que a lo largo de la costa tailandesa,
esa misma noche nacieron varios cientos de bebés y, si hoy nadie les ayuda a tener instrucción y salir de la pobreza, si nadie les ayuda a tener una vida decente, entonces, pienso que esos cientos de bebés, en veinte años, serán piratas.
Cuando vi todo esto, mi cólera hacia los piratas descendió.
Comprendí que si yo hubiera nacido como ese muchacho, en un miserable pueblo de pescadores, yo también me habría convertido en pirata.
Y si me disparas, simplemente muero.
Cuando la comprensión penetró en mi corazón,
la cólera comenzó a disiparse y en lugar de sentirme enfadado
contra ese pescador, sentí compasión por él e hice el voto de hacer
lo que estuviera en mi mano para ayudar a los bebés nacidos esa noche
a lo largo de la costa tailandesa.
Y la forma de energía llamada cólera se transformó en la energía de la compasión y esto fue posible gracias a la meditación.
El perdón no habría sido obtenido sin esta forma de comprensión,
y la comprensión es el fruto de la mirada profunda.
Yo la llamo meditación.
Thich Nhat Hanh- 
prisión de Maryland, Octubre 1999.
Del libro ‘Be free where you are’

No hay comentarios.: