viernes, 25 de octubre de 2013

Motivación y Comportamiento Adecuados para Recibir Enseñanzas de Dharma


Motivación y Comportamiento Adecuados para Recibir Enseñanzas de Dharma.
Una Enseñanza de Su Eminencia Dezhung Rinpoche.


 ¡Om svasti, Delek su chur chik!
Cuando los maestros enseñan y los alumnos escuchan el Dharma, los alumnos debieran comprender y superar las tres faltas y las seis contaminaciones mentales, y reunir las cuatro actitudes correctas.

La primera falta se compara a un recipiente boca abajo, lo que quiere decir que uno no está escuchando las enseñanzas. La segunda falta es similar a un recipiente con agujeros en él, lo que quiere decir que las enseñanzas no son retenidas en nuestra mente. La tercera falta es aquella de un recipiente sucio, lo que quiere decir que nuestra mente esta mesclada con los venenos de los engaños al escuchar las enseñanzas. Estas faltas no son faltas de quien habla, si no que son faltas de quien escucha.

La primera falta ocurre cuando, a pesar de estar presente en una enseñanza de Dharma, uno escucha con una mente relajada y no presta cuidadosa atención a lo que el maestro está realmente diciendo. En la metáfora del recipiente boca abajo, no importa cuánta agua se vierta sobre el recipiente, a menos que este sea posicionado boca arriba, toda el agua se derramara y ni siquiera una sola gota quedará dentro. Similarmente, si no prestas atención y escuchas cuidadosamente, ninguno de los significados de la enseñanza de Dharma serán retenidos en tu mente. Por lo tanto es importante prestar mucha atención.

Una vez que estas prestando atención, tanto las palabras como su significado deben ser retenidos cuidadosamente en tu mente. Asegúrate de recordar y comprender lo que el maestro ha dicho. De otra manera, aunque tu cuerpo esté presente en la enseñanza y des la apariencia de estar poniendo atención, si tu mente está relajada, al final de la enseñanza no recordarás ni una sola frase ni el significado general de la enseñanza.

La metáfora que ilustra esta falta es aquella de un recipiente con agujeros en él. Aunque el recipiente se encuentra en la posición correcta y uno ha vertido agua en este, después de un rato toda el agua se filtra y no queda nada. De la misma manera, el Dharma no permanecerá en tu mente si no haces un cuidadoso esfuerzo por recordarlo. Por lo tanto es importante que, sin distracción, memorices las palabras textuales del maestro y el significado de las enseñanzas.

Con respecto a la tercera falta, el gran Nagarjuna dijo “Cualquier producto del deseo, el enfado y la ignorancia es no-virtuoso. Cualquier producto del no-deseo, el no-enfado y la no-ignorancia es virtuoso.” Como él dice, aunque uno pueda parecer estar practicando el Dharma, si el deseo, el enfado o la ignorancia nublan la mente, uno no se está involucrando en la virtud pura. Si uno escucha el Dharma con devoción y respeto y sin deseo, enfado o ignorancia, uno se está involucrando en la virtud. Por lo tanto, remueve los pensamientos y sentimientos de deseo, enfado e ignorancia. De otro modo, aunque puedas estar poniendo atención y recordando lo que se está diciendo, tus pensamientos e intenciones están contaminados.

Cualquier acción que uno realice con la mente llena de pensamientos contaminantes, es como si uno hubiese plantado la semilla de una planta venenosa. Las hojas, flores y frutos se volverán venenosos. Cuando sea que uno practique el Dharma con una mente llena de devoción, fe y renuncia, es como si uno hubiese plantado la semilla de una hierba medicinal. Las hojas, flores y frutos se volverán medicinales.

La metáfora de esta tercera falta es un recipiente el cual está manchado por rastros de mugre o veneno. Incluso si ponemos alimentos saludables, tales como la leche, en un recipiente contaminado, los alimentos causaran enfermedad en lugar de salud. Si no hubiera contaminación por veneno los mismos alimentos nutrirían nuestro cuerpo y serian de gran beneficio. Similarmente, si es recibido por una mente que no está manchada por las contaminaciones, el Dharma es de un enorme beneficio. Por lo tanto es importante que liberes tu mente de sentimientos de deseo, enfado e ignorancia cuando escuches el Dharma.

Estas tres faltas son conocidas como las faltas del recipiente. Debiéramos intentar deshacernos de estas faltas así como de liberarnos de los seis diferentes tipos de contaminación. Los seis tipos de contaminación son: orgullo, falta de respeto, desinterés, distracción, laxitud mental y resistencia.

Orgullo. Escuchar el Dharma con una actitud de orgullo no es de ningún beneficio para nuestra mente. Por ejemplo, durante las enseñanzas tales pensamientos corren por nuestra mente: “he estudiado el Dharma un montón. Estoy bien educado, cómodo financieramente, y tengo una posición hábil y respetada en la sociedad. Hoy estoy aquí solo para chequear a este maestro y ver que está enseñando. De hecho, yo soy probablemente tan erudito como él.” Abandona esta actitud al estar escuchando el Dharma.

Falta de respeto*. Uno piensa “Aunque ese maestro está predicando el Dharma, él no está cualificado. He notado fallos en su conducta moral. El no ha alcanzado el más alto estado de realización en estudio, contemplación y meditación. Aunque él posee muchas faltas, aun así está sentado ahí predicándo el Dharma.” El escuchar enseñanzas con esta actitud no creará ningún efecto benéfico en nuestra mente.

Desinterés. Desinterés significa pensar “Incluso si no entiendo está bien. No es realmente tan importante.” Si uno tiene este tipo de actitud, es difícil hacer cualquier progreso. Incluso las frases más familiares y su significado debieran ser cuidadosamente conservadas en nuestra mente. Si uno procede de esta manera, uno pronto aprenderá y comprenderá en una gran cantidad. Sakya Pandita una vez dijo “Memoriza una palabra todos los días del tema que desees estudiar. Pronto tu aprendizaje será similar a la miel de la abeja o la casa de la hormiga.” Esto quiere decir que al principio de sus estudios nadie es un erudito. Todos deben comenzar desde el ABC. Cuando escuches el Dharma, mantén aunque sea una palabra “Buddha”, o “Dharma” cuidadosamente en tu memoria. Sin olvidarla, gradualmente incrementa el número de palabras, y lentamente tu mente comenzara a comprender el significado de las palabras, y te convertirás en un gran erudito.

Por ejemplo, cuando las abejas acumulan miel, cada abeja no puede traer mucha. Cada una añade continuamente una ínfima cantidad, y pronto una gran reserva de miel es acumulada. Las hormigas construyen sus casas de forma similar. De la misma manera si memorizas cuidadosamente aunque sea una sola palabra del Dharma cada día, entonces progresarás. El progreso del segundo mes será más rápido que el del primero, y el de cada año será más rápido que el del anterior. De este modo te volverás gradualmente docto en el Dharma. Si desarrollas tu aprendizaje de esta manera no tendrás problemas en la práctica y la meditación. Por lo tanto, es importante que memorices cuidadosamente el verdadero significado de las enseñanzas.

Distracción. La distracción ocurre cuando uno asiste a una enseñanza, está sentado apropiadamente, y escuchando cuidadosamente a lo que se está diciendo, pero luego nuestros ojos comienzan a examinar la decoración del interior, la estructura de la sala, etc. Algunas veces nos distraemos observando el comportamiento de nuestros amigos del Dharma y pensando ‘él no está actuando apropiadamente’ o ‘él está sentado muy bien’. A veces uno comienza a pensar ‘tengo esto o aquello que hacer mañana’ o empieza a hacer planes o a soñar sobre el futuro. Cuando esto sucede las palabras y el significado del Dharma no penetran realmente nuestra mente. Debes liberar tu mente de distracciones al escuchar el Dharma.

Laxitud Mental. La laxitud mental quiere decir que aunque nuestra mente pueda estar libre de distracciones, uno debe hacer un esfuerzo para permanecer alerta y recordad cuidadosamente lo que se dice. A veces las cinco facultades de los sentidos se contraen hacia adentro y nuestra mente funciona lentamente. A esto le sigue la somnolencia y eventualmente el quedarse dormido. Cuando esto sucede no puedes recordar como comenzaron las enseñanzas del Dharma, cuáles fueron las explicaciones intermedias, y como se llego a la conclusión. Uno se despierta para las oraciones de dedicación, pero ni una sola palabra de las enseñanzas permanece en nuestra mente. Esta es la falta de la laxitud mental.

También, maestros anteriores han dicho que incuso si uno está haciendo mucha meditación, al escuchar enseñanzas del Dharma, uno no debiera meditar. Tu mente debiera estar libre de distracciones y laxitud al recibir una enseñanza.

Resistencia. La sexta de las contaminaciones mentales es escuchar con una mente irritada o con resistencia. Esto sucede cuando uno comienza la sesión escuchando y recordando cuidadosamente lo que se está diciendo, pero luego de un rato, debido al dolor en nuestras piernas, rodillas o espalda, sentir hambre, y cosas por el estilo, uno comienza a sentir “Esta enseñanza del Dharma es interminable. ¿Por qué programan sesiones tan largas? Tal vez nos detendremos aquí. Como desearía que esto ya hubiese terminado.” Tales pensamientos causan un obstáculo para escuchar el Dharma e indican que uno siente resistencia y desánimo hacia las enseñanzas.

En un Sutra se dice “El Buddha apareció en este mundo solo una vez. Es extremada mente raro obtener un precioso renacimiento humano. ¡Verdaderamente, la oportunidad de escuchar el Dharma con una mente llena de devoción no suele suceder siquiera una vez en cien eones!” Reflexiona en esto.

También hay historias de las vidas pasadas del Señor Buddha. Solo por el propósito de recibir un verso del Dharma de su maestro, él derritió su propia carne haciendo manteca para ofrecerla como una lámpara de aceite. En otra ocasión, para recibir cuatro versos del Dharma, él ofreció todos sus ornamentos y posesiones a su maestro. Luego, en obediencia a las instrucciones de su maestro, él brincó de la cima de una montaña a las rocas más abajo. Muchos Bodhisattvas tuvieron que pasar por incontables dificultades y austeridades, y descuidaron sus cuerpos y sus vidas por el propósito de recibir enseñanzas de Dharma.

Nosotros no necesitamos someternos a estas penalidades. Cualquier enseñanza que deseemos, solo necesitamos pedirla, y los maestros las dan fácilmente. Nosotros nos debiéramos dar cuenta de nuestra buena fortuna.

Primero que nada, un Buddha solo rara vez aparece en este mundo. Es poco común que las enseñanzas del Buddha sean mantenidas por tanto siglos. Incluso si los textos permanecen físicamente, es extremada mente difícil encontrar maestros que de verdad nos introduzcan al significado puro de esos textos. Tú te has encontrado ahora con todas estas buenas oportunidades y condiciones. Regocijate en tu extremada buena fortuna y tus propios méritos acumulados. Escucha las enseñanzas con una mente clara y alegre. Esto es importante.

He descrito las actitudes que se han de abandonar. Las cuatro actitudes correctas son aquellas que debieran ser inducidas en tu mente. Estas son; El maestro es el doctor, uno mismo es el paciente, el Dharma es la medicina, y la práctica del Dharma es el ciclo del tratamiento.

Por ejemplo, en la vida diaria, si contraes una enfermedad grave, no sabes como curarla tú mismo. Es necesario consultar un doctor. Después de que él te examina, él diagnostica tu enfermedad y prescribe una serie de medicamentos y un régimen de conducta y dieta adecuadas. Es necesario seguir sus instrucciones. Si sigues el concejo te curarás y recuperaras la salud física y mental.

De la misma manera, desde tiempos sin principio, debido a la ignorancia del aferramiento al “yo”, los seres en el samsara sufren de la enfermedad del karma y las contaminaciones. Debido a esto uno experimenta todo el sufrimiento de samsara. Por lo tanto, considérate a ti mismo como un paciente.

Nuestro maestro es un gran doctor que puede curar el sufrimiento y la enfermedad de samsara. Por lo tanto considera a tu maestro como un doctor o un piloto, quien te puede rescatar del sufrimiento de samsara. Las instrucciones del maestro, las cuales nos indican abandonar esto o acumular aquello, revelan la esencia del remedio. Si practicas de a cuerdo a las instrucciones del maestro, entonces la reiz del samsara, la ignorancia del aferramiento al “yo”, será removida.

Además, si practicas con esta actitud, el sufrimiento de los tres reinos de existencia será completamente arrancado de raíz y obtendrás la insuperable liberación, el estado de la perfecta iluminación, la Budeidad. Por lo tanto, tal como un paciente escucha las instrucciones del doctor, aplica este ejemplo a ti mismo y a tu relación con tu maestro.

Desde tiempos sin principio, has sufrido en samsara de la enfermedad del karma y las contaminaciones. El maestro es un gran médico. El Dharma, que son sus instrucciones, es la medicina. Y tu propia práctica del Dharma es el ciclo de tratamientos el cual pronto originará la liberación y la cura de tu enfermedad. Escuchar el Dharma con este tipo de actitud será de gran beneficio para tu mente.

En cualquier caso, al escuchar el Dharma, es importante mostrar un comportamiento adecuado. El maestro debiera ser invitado a sentarse en un trono alto, y uno mismo debiera sentarse más abajo que él. Ponte frente al maestro y mira de manera agradable hacia él con una mente de fe y devoción. Uno nunca debiera exhibir modales orgullosos o irrespetuosos al escuchar el Dharma. Tampoco debiera uno llevar un sombrero cubriendo la cabeza, colocar un paraguas o sombrilla, o cargar armas.

Si uno se encuentra enfermo, o incapacitado debido a la edad, se puede conceder un permiso especial, tal como a estirar nuestras piernas. Sin embargo, si uno se encuentra sano y aun asi se reclina y estira las piernas, esto muestra falta de respeto hacia el Dharma y acumula más karma negativo. Por lo tanto debieras escuchar el Dharma con una actitud devota y apacible. Esto es muy importante y te será de gran beneficio, posibilitandote el recibir grandes bendiciones.

Estas instrucciones no están destinadas solo para ocasiones especiales, o solo para hoy, si no que debieran ser aplicadas para cada reunión de Dharma, tales como cuando recibes iniciaciones, bendiciones, y transmisiones. Recuerdalas cuidadosamente. Así es como los maestros debieran enseñar y como los discípulos debieran escuchar el Dharma.

En el Avatamsaka Sutra el Señor Buddha dice: “Si uno fuera a ofrecer tantos mundos como granos de arena hay en el río Ganges, cada uno colmado con oro y objetos preciosos, uno adquiriría gran merito. Sin embargo, enseñar aunque sea un verso del Dharma en esta era degenerada trae méritos incomparablemente mayores que esa ofrenda.”

Esto quiere decir que si alguien ofreciera tantos mundos como granos de arena hay en el río Ganges, cada uno complétamente lleno con oro, a un practicante de Dharma, a un yogui, o a un mendigo, se diría que esta persona ha acumulado enormes méritos. Pero cuando los maestros enseñan el Dharma apropiadamente y los discípulos escuchan cuidadosamente, el beneficio y los méritos adquiridos son incomparablemente mayores que incluso una ofrenda como esa. Si recibes una enseñanza de Dharma pura, contemplas en ella y la pones en práctica, obtendrás cualidades de los sentidos inusualmente agudas, coraje inquebrantable, y gran sabiduría. Eventualmente obtendrás la perfecta iluminación.

Hace mucho tiempo en India, el gran erudito Vasubandhu solia recitar de memoria 99.000 versos del sutra. Había una paloma que por mucho tiempo se sentó en las vigas del techo de su cabaña cuando él practicaba sus recitaciones. Finalmente, la paloma murió y renació como el hijo de una familia adinerada. Tan prono como hubo crecido suficiente como para hablar, él dijo a sus padres, “Yo soy un discípulo de Vasubandhu” y relató sobre su vida como una paloma. Él dijo “Porque yo recibí muchas enseñanzas de Dharma de Vasubandhu he obtenido un precioso renacimiento humano. Por favor déjenme ir con mi maestro, donde quiera que él se encuentre.” Así que sus padres lo enviaron donde Vasubandhu se estaba quedando, y Vasubandhu lo aceptó como discipulo y le entrego todas las enseñanzas de Dharma que conocía.

Vasubandhu tenía incontables discípulos. Sin embargo, entre ellos habían tres muy especiales, quienes eventualmente se volvieron mucho más doctos en áreas especificas que el mismo Vasubandhu. Ellos fueron Gunapharba en el Vinaya, Dingaga en lógica, y Lodu Tenba en el Abidharma. Lodu Tenba era aquel que había pasado su vida previa como una paloma, y es comunmente aceptado que se volvió más docto que Vasubandhu en el Abidharma.

Este es un ejemplo de haber obtenido facultades de los sentidos inusualmente agudas en relación a escuchar el Dharma a través de la escucha devota y atenta. Hay muchas otras historias como esta. Por lo tanto, es muy importante que escuchen cuidadosamente las enseñanzas del Dharma. No lo olviden.



[Este texto fue traducido del Inglés al Castellano por el Upasaka llamado Thubten Könchog el 10 de Julio del 2012 en Arica, Chile. Pueda ser auspicioso.]


*Nota: Esto también se puede entender como Falta de Fe en el Maestro.

miércoles, 16 de octubre de 2013

miércoles, 9 de octubre de 2013

Tara Blanca, la Gran Madre Liberadora.





Bodhisatva de la compasión y de la longevidad

 Mantra: Om Tare Tuttare Ture Mama Ayuh Punya Jñana Pushtim Kuru Svaha

Se usa a menudo pensando en alguna persona, mientras se recita

Tara, en sánscrito significa libertad. Tri significa “hacer atravesar”, “alcanzar la otra orilla” y por tanto “salvar, socorrer, liberar”. En tibetano es Drölma. Tara es el principio femenino de liberación, perfección de la sabiduría, madre de los budas, protectora del Tíbet. Es una emanación de Avalokiteshvara (Chenrezi en Tibetano), buda de la compasión, y del cual el Dalai Lama es emanación.Tara Blanca es también conocida como “Madre Compasiva”, es la diosa de la compasión. Es un Buda femenino que representa la unión de la compasión y la sabiduría. Su práctica se asocia a la longevidad, salud, sabiduría y buena fortuna. Protege también de enfermedades contagiosas y de muerte prematura. Junto a Amitayus y Ushnisha, forma la Triada de los Budas de la larga vida. Su amor y su energía cura la enfermedad, aportando salud, fuerza, longevidad y belleza.

Sus símbolos son su color blanco, relacionado con la luz pura radiante que simboliza claridad y positividad; representa la actividad pacificadora, de vencer enfermedades, muertes prematuras y obstáculos para el éxito en nuestra vida o en nuestra práctica. Tiene 7 ojos, dos en las palmas de las manos y en los pies y otro en la frente, que simbolizan el permanente cuidado y vigilancia de la mente compasiva.

Las palabras del mantra:

Ayu es larga vida
Punya son los méritos de vivir éticamente, lo que da larga vida y felicidad
Jñana es sabiduría
Pusthim es riqueza o abundancia
Kuru es una tierra mítica al norte de los himalayas, que se tiene por lugar de larga vida y felicidad
Mama es mío en el sentido del anhelo de poseer esas cualidades, larga vida, méritos, sabiduría, felicidad, etc.

lunes, 7 de octubre de 2013

MI PRÁCTICA DE ESTA SEMANA (Del 7 al 13 de Octubre), Disfruten!


MI PRÁCTICA DE ESTA SEMANA (Del 7 al 13 de Octubre)

El deseo es lo opuesto de la satisfacción, alimentar y seguir los deseos solo crea intranquilidad y aumenta la insatisfacción.
No importa que consiga obtener todo lo que deseo, cuanto más cosas obtengo tanto más crece la ansiedad y la codicia. La satisfacción solo empieza cuando cesa el deseo.
Ahora mismo tengo todo lo necesario para estar feliz y satisfecho, no me falta nada, solo tengo que darme cuenta de que la felicidad está en mi corazón, aquí y ahora mismo.
Hoy tengo que descubrir el bienestar y la satisfacción que hay en mi mente, tengo que disfrutar de la felicidad del presente y no sacrificarla por los placeres futuros que promete el deseo, que no son más que una trampa en la que caigo una y otra vez. Solo tengo que desechar los deseos como quien se quita la basura de encima.
Cada deseo que consigo evitar es un éxito en mi práctica, un desengaño que me ahorro, un sinfín de problemas menos y un momento de satisfacción que disfruto.
Con atención, vigilancia y cautela, descubriré hoy cada deseo y cada momento de ansiedad en mi mente y lo transformaré en un instante de satisfacción, de paz, de bienestar, viendo que no es más que un engaño, que ya lo conozco de mucho tiempo y que no vale la pena ni siquiera considerarlo.
Contaré las veces que descubro estas trampas de mi mente y repasaré esta noche las que he conseguido evitar.