miércoles, 22 de enero de 2014

Los Ocho Versos del Entrenamiento de la Mente de Geshe Langri Thangpa




1.Pensando que todos los seres sensibles
son más valiosos que la joya que satisface deseos,
con el fin de lograr el objetivo supremo
siempre los consideraré con cariño.

2.Siempre que esté en compañía de otros,
me veré como el más insignificante entre ellos,
y desde lo más profundo de mi corazón
apreciaré a los demás como supremos.

3.En cada una de mis acciones, vigilaré mi mente
y en el momento que surjan emociones destructivas,
las confrontaré con fuerza y las apartaré,
ya que nos harían daño tanto a mí como a los demás.

4.Siempre que vea a seres con malas intenciones,
o aquellos abrumados por conductas negativas y sufrimiento
les apreciaré como algo muy escaso,
como si hubiese encontrado un tesoro que no tiene precio.

5.Siempre que alguien, por envidia,
me haga mal atacándome o despreciándome,
tomaré la derrota sobre mí
y daré la victoria a los demás.

6.Incluso cuando alguien al que yo haya ayudado,
o sobre el cual haya puesto grandes esperanzas
me maltrate muy injustamente,
contemplaré a esa persona como un verdadero maestro espiritual.

7.En breve, directa o indirectamente,
ofreceré ayuda y felicidad a todas mis madres,
y en secreto, haré mío
todo su daño y sufrimiento.

8.Aprenderé a mantener estas prácticas
libres de la corrupción de los pensamientos de las ocho preocupaciones mundanas.
¡Que reconozca todas las cosas como ilusorias,
y sin apego, que obtenga la liberación de la esclavitud!


Geshe Langri Thangpa

lunes, 6 de enero de 2014

MI PRÁCTICA DE ESTA SEMANA (Del 6 al 12 de Enero)

Antentos a esta simple reflexion!


Todo lo que empieza, termina; lo que se une, se separa; lo que sube, baja; lo que nace, muere. No hay nada que permanezca, todo está en un fluir constante de cambio y transformación. Pero cuando no soy consciente de esta realidad, quiero que lo que me gusta dure y no se acabe y que lo que me desagrada termine cuanto antes. Hoy voy a vigilar mi mente, trataré de reconocer cada vez que aparece el deseo de aferrarse a algo cuando es el momento de desprenderse de ello; y cada vez que surge el rechazo hacia aquello que tengo que aceptar o a lo que debo enfrentarme.
Trataré de mantener una actitud abierta y desprendida de todo, disfrutando de los buenos momentos mientras duran, afrontando las dificultades con serenidad y dejando que todo se lo lleve la impermanencia. Mantendré un estado de ecuanimidad y paz interior sin dejar que sea perturbado por los pequeños altos y bajos del día.
Tomaré nota de cada uno de los aciertos y los olvidos, y al final del día haré un buen repaso, la dedicación de méritos y la determinación de mejorarlo mañana.