miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Proteccion.

Un Protector del Dharma es una emanación de un Buda o un Bodhisatva cuya función principal es eliminar los obstáculos internos y externos de los practicantes que les impiden alcanzar realizaciones espirituales y proporcionar las condiciones necesarias para su práctica.


En el Tíbet, cada monasterio tenía un Protector del Dharma, pero esta tradición no se originó en este país. Los antiguos practicantes mahayanas de la India confiaron en los Protectores del Dharma para eliminar sus obstáculos y cumplir sus deseos espirituales.
Aunque hay algunas deidades mundanas que tienen afinidad con el budismo e intentan ayudar a sus seguidores, no son verdaderos Protectores del Dharma. Estas deidades pueden aumentar la riqueza de los practicantes y ayudarles a tener éxito en sus actividades mundanas, pero no tienen la sabiduría ni el poder necesarios para proteger el desarrollo del Dharma en sus mentes.
Este Dharma interno –las experiencias de la gran compasión, la bodhichita, la sabiduría que realiza la vacuidad y demás realizaciones– es lo verdaderamente importante y lo que debe ser protegido, puesto que las condiciones externas son algo secundario. Aunque su motivación sea buena, las deidades mundanas carecen de sabiduría y, por lo tanto, su ayuda externa en realidad interfiere con el logro de auténticas realizaciones espirituales. Si ellas mismas no tienen realizaciones de Dharma, ¿cómo pueden protegerlas?
Por lo tanto, es evidente que todos los Protectores del Dharma son emanaciones de Budas o Bodhisatvas. Aunque estos Protectores tienen gran capacidad para proteger el Budadharma y a los que lo practican, la ayuda que recibamos de ellos dependerá de nuestra fe. Para recibir su protección completa debemos confiar en ellos con devoción firme y continua.

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